martes, 30 de octubre de 2018

revisiones: rick rubin


Una de las miles de posibles definiciones del trabajo del productor de música es: persona capaz de relacionar ideas, jugar con ellas y encontrar nuevos caminos para comunicarlas y conmover corazones. De primera mano no es un trabajo fácil de hacer (aunque las casas disqueras gasten millones en expertos en relaciones públicas, promoción, mercadeo y demás títulos que se dan los mercaderes del templo para pretender que todo se soluciona con dinero) pero para fortuna del personal hay buenos ejemplos a seguir. Entre ellos está Rick Rubin un viejo lobo en el arte de ser productor.

Luego de haber grabado nuestras primeras producciones entre 2009 y 2011 de manera intuitiva y espontánea, muy al estilo házlo tú mismo que cacarea el punk, llegamos a varias conclusiones: primero, quedamos satisfechos; segundo, queríamos tener otra perspectiva para las nuevas producciones que vendrán a partir de 2019. De tal guisa comenzamos a revisar el pensamiento de productores que respetamos y admiramos. Comenzamos con Rubin porque su día de nacimiento coincide con el de uno de los atarbanes...



jueves, 18 de octubre de 2018

fríos ante el aliento del dragón


   La música exige disciplina, incluso el rocanrol. Se puede pensar que si eres un buen músico y estás entrenado puedes llevar con facilidad y gracia cualquier sesión de grabación. Falso. El efecto Rec es conocido desde hace milenios, cuando el homo atarbanus hacía videos en la cueva atarbana o de altamira. Los síntomas son fáciles de identificar: repentina inmovilidad del cuerpo, el fulano en cuestión se queda mirando un punto fijo en el espacio como un imbécil, sudor continuo en las manos, terronera de volverlo a hacer.
   Pues hemos vivido el efecto rec mientras grabamos el aliento del dragón, está claro que estamos fuera de forma. Somos sexys y barrigones como la canción de Calamaro. Sin embargo tenemos plena confianza que con un poco de práctica conseguiremos salir adelante. A pesar de lo dicho vamos avanzando rápidamente.

lunes, 15 de octubre de 2018

de secuenciadores y equipos

Trabajamos con el cakewalk hasta finales del siglo XX. En 1998 conocimos el rebirth de propellerheads y sentimos una franca fascinación por ese sonido. Hasta ese momento no teníamos la menor idea de la importancia que la fábrica Roland había tenido en el caldo de cultivo de la música electrónica en todo el mundo gracias a sus artilugios TB 303, TR 808 y TR 909.

la interfaz del rebirth v.2.0 de propellerheads

El cambio de secuenciador se dio hacia el cubase  de steinberg, al que nos habíamos resistido pese a las recomendaciones del querido Omar Bernasconi. La decisión la tomamos porque esa casa había desarrollado el virtual studio technology o VST, además del sistema Rewire capaz de sincronizar varios programas a la vez. Eso fue lo que sucedió con el Rebirth, junto al cubase respondía a los cambio de tempo y llevaba a otro lugar el escueto sonido que teníamos hasta ese momento.

interfaz del cubase 3.0 de steinberg



Con el cubase grabamos todos los epés de los atarbanes hasta el año pasado en que dimos un nuevo cambio. La economía mundial afecta a los países pobres en mayor medida porque tenemos que pagar por lo menos un 30% más del precio que pagan los niños del primer mundo, lo que quiere decir que es aún más caro aunque nuestro ingreso es siempre menor. El costo del cubase se fue a las nubes gracias al imbécil de Trump, así que optamos por una propuesta que tenía muy buenos comentarios y en momentos de descuento podía costar la tercera parte del cubase y dar los mismos resultados. El studio one de presonus es nuestro nuevo laboratorio, donde estamos grabando (por enésima vez) el aliento del dragón.


el interfaz del studio one 3 de presonus




Acompañado de muchos vst gratuitos y algunos instrumentos virtuales de xln audio, arturia y toontrack (entre otros) además de nuestros instrumentos acústicos seguimos por la senda del dragón y su halitosis.


jueves, 4 de octubre de 2018

no ha lugar

En 1997 no teníamos ningún conocimiento de producción, y eso se deja ver en Aliento de Dragón. Nos dejamos llevar por las herramientas que teníamos a disposición, que dicho sea de paso nos parecían (aún hoy en día) mágicas y maravillosas. Grabamos por instinto y emoción sorprendidos ante la novedad de tener las posibilidades que brindaba la tecnología midi.

 Nunca nos detuvimos a pensar en géneros ni tipos de música, la taxonomía practicada por los mercaderes del pueblo para embobar cristianos no nos queda para nada bien. Mezclamos blues, rock, electrónica, entre otras cosas, de manera indiscriminada. La meta consistía en tener una colección de canciones que formaran un larga duración. Pretendimos que la narración tuviese una linea conceptual que unificara el relato, tanto en la música como en las letras. La estructura incluía intros, interludios y pasos copiando el estilo del rock sinfónico. Escuchábamos a Muddy Waters, Howlin´Wolf, Guns n´Roses, Nine Inch Nails, King Crimson, Pink Floyd, Soda Estéreo.

Las secuencias y programaciones eran fundamentales, la composición se hacía improvisando, pero una vez encontrábamos lo que buscábamos lo dejábamos casi escrito en piedra. Eso nos llevo a pecar por sobreproducir mucho del material pues teníamos la oportunidad de darle mucho tiempo y eso puede llevar a que termines relamiendo algunas cosas. A la larga no fue tan grave, aprendimos que el mantra de  menos es más era cierto, por lo menos en ese caso. La mezcla fue rápida, no teníamos más que la midiverb 4 para enviar alguna reverberación. Grabamos sin compresores pues no lo teníamos, la ventaja de eso fue entender las ventajas y necesidades de las dinámicas, tan ausentes por éstos días.

Algunas de esas canciones ya se conocen pues se publicaron en varios epés:

Hoy y No los dejaron aparece en Peces dulces en aguas ácidas
Dios en la pantalla aparece en Lados b, vol 1
Tinnitus y El jardín Partes 1 y 2 aparecen en Tinnitus

Dejo el vínculo para los que quieran escucharlos:
http://losatarbanes.blogspot.com/p/discografia.html