viernes, 16 de abril de 2010

las primeras grabaciones de los atarbanes

Aunque desde 1995 había comenzado a trabajar con computadoras y secuenciadores, las primeras grabaciones de los atarbanes de 1997 seguían siendo análogas, sin embargo el sonido que logré no acababa de convencerme, ya que grababa las guitarras por linea y las baterías eran programadas con los sonidos de un sintetizador (no conocía los samplers), eso hacía que el sonido fuera muy acartonado, aun conservo esas cintas y me emociona escucharlas.

Al inicio del nuevo siglo las computadoras se hacían más potentes en su capacidad de procesamiento, y el software también evolucionaba, yo ensayaba todos los demos de secuenciadores, y aunque aprendí con cakewalk, me decidí por cubase de steinberg, básicamente por el uso de rewire, una tecnología desarrollada por propellerhead (los mismos creadores de reason) que permitía sincronizar varios programas al secuenciador sin tener mayores complicaciones. Comencé sincronizando el secuenciador de patrones rebirth, lo que me daba más posibilidades y facilidades a la hora de producir rápidamente para las series de televisión a las que le componía la música.

El año 2003 fue importante para los atarbanes, pues decidimos grabar nuevas canciones con la nueva tecnología que teníamos a disposición. Canciones como ¿qué le vamos a hacer?, no confíes en mi y pero tu no estás fueron fruto de esas sesiones. Ya las guitarras eléctricas se podían grabar del amplificador y las acústicas con micrófonos de condensador.

Aunque habíamos mejorado la técnica de grabación, nuestras habilidades para la mezcla estaban lejos de ser buenas, así que continuamos grabando la mayor cantidad de canciones para mezclárlas mas adelante. Un par de años después seguí un par de cursos de mezcla y leí varios libros especializados, además de muchos artículos relacionados con el tema que había en internet.

Poco a poco fuimos consiguiendo un sonido que nos satisficiera, sin embargo no publicamos ninguna canción hasta estar completamente seguros y sentirnos a gusto con los resultados que íbamos obteniendo, no teníamos ninguna prisa. Mezclábamos y un par de semanas después re-mezclábamos, buscando mejorar hasta el más mínimo detalle. No nos importaba ser técnicamente perfectos, queríamos que la grabación reflejara las emoción que las canciones despertaban en nosotros. Ha sido un largo y satisfactorio proceso de aprendizaje que aun no termina.

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